Recomendaciones cuarentenials

Queridxs “cuarentenials”: Hoy día nos encontramos en una situación rara que nos hace pensar muchas cosas, pero por sobre todo es un momento en el que un poco nos desbordan los afectos y no sabemos bien cómo sentirnos. Por eso, elegimos especialmente en estos días compartir con mucho amor imágenes y palabras que nos gustan, nos mueven, conmueven y hacen reír. Que estos días sigan siendo de diálogo y encuentro.

Películas:

Chungking Express – Wong Kar Wai (1994)

Dianny Silva recomienda: En estos tiempos de aislamiento social, viene como anillo al dedo un poco de magia, un poco de Chungking Express. Un relato inmerso en la globalización y alienación social que se vive día a día en la humanidad. Verla es tener que parar, dar espacio a las emociones y a los sentimientos entre lo rutinario de la vida. Dichas sensaciones son las que se posicionan como protagonistas, las cuales parecen estar atrapadas en un no lugar lejos del mundo físico, el mundo mental, ese que resulta cada vez más extraño para el ser. Un mundo donde se acentúan la soledad y la memoria, un espacio interior que sufre y que se aferra al recuerdo, que además se convierte en un reto y al mismo tiempo, en un logro para la cámara que le acompaña, pues ¿Cuál será la manera idónea de filmar el ritmo de una emoción o un sentimiento? Al parecer no lo sabemos, pero la película con sus atmosferas bien logradas, el montaje, la luz y el color, consiguen acercarse y retratar que no se observa a personajes que actúan, sino que sienten.

News from home- Chantal Akerman (1977)

Ofelia Meza recomienda: Vi esta peli hace poco. Es una película de cartas, sobre cartas. En estos días, muchxs estamos pendientes de nuestros seres queridxs: ¿Dónde están? ¿tienen miedo? ¿están ansiosxs? ¿Se estarán cuidando? Queremos comunicarnos y no sabemos cómo hacer, probamos una cosa y después la otra, no sabemos cómo no invadir al otrx y aún así hacerle sentir nuestro amor. Noticias de casa, es una película que ensaya la comunicación, el cuidado y las palabras en la distancia. Palabras que a veces no se sabe si llegan a destino o no, pero que se dicen igual, porque el amor está igual.

News from home y mid90s

mid90s, de Jonah Hill (2018)

Sofía Checchi recomienda: Últimamente la cualidad que más me resulta saliente de las películas y series es que den cuenta de que son conscientes de lo que son, y no intenten buscar algo que las exceden. Bueno, esta película cumple (queda en usted decidir si dignifica): nos hace partícipes de un período corto muy “intermedio” –fiel a su nombre– y acelerado en la temprana pubertad de Stevie, probablemente el niño más tierno que puedan ver en esta cuarentena. Si bien pasa por todos los lugares ya muy conocidos y habitados de toda coming of age, se atreve a mostrar incomodidades y conflictos con una sutileza hermosa, que gana en potencia gracias los 16mm y una banda sonora muy cuidada. Invita, un poco pidiendo permiso, a cuestionar ciertos tropos de la construcción de la masculinidad, a partir de figuras tan disímiles como el muchachito inocencia y un Lucas Hedges irreconocible, pero siempre brillante.

Soplo al corazón (Le souffle au coeur), de Louis Malle (1971)

Bernarda Indart recomienda: Al ritmo del jazz, asistimos a un “paneo general” de los usos y costumbres de la familia burguesa francesa.La madre, sin embargo, posee otros usos, otras costumbres. Ella es la extranjera. Su maternidad, su belleza y su sexualidad no son propias de esta clase y ni siquiera de esta república.
Esta es una prueba ética y moral, un lugar liminal narrado con la organicidad que solo puede darse en la imágen, el movimiento y el tiempo.  Quizás, la provocación de la película, nos mueva a debatir entre nosotros. Es que en definitiva, ante este encierro inminente, no nos quedan muchas más opciones que entretenernos con el pensamiento.

Mary Reilly, de Stephen Frears (1996)

Mili Villar recomienda: Mary Reilly  es una película de 1996 dirigida por Stephen Frears también conocido por ser el director de Relaciones peligrosas (1988). Ella es sirvienta en una casa típicamente señorial del siglo XIX, la casa del Dr. Jeckyll, quizás les suene, un doctor un tanto excéntrico que suele no dormir por las noches y tiene un alter ego asesino llamado Mr. Hyde. Esta película es una pequeña joya que cuenta otra posible historia a un clásico de la literatura gótica de terror. Ese género típicamente ambientado en el mundo aristocrático (Drácula o El fantasma de la Opera) es revertido a partir de la mirada de una mujer de clase baja que debe servir a este monstruo. John Malkovich una vez más en su rol de depredador sexual, es el joven Mr Hyde y el viejo Dr. Jeckyll que despierta el terror y el deseo de la joven sirvienta Mary Reilly, encarnada por una joven Julia Roberts. (PD: Y si te falta un empujón más, te cuento de yapa que trabaja la siempre increíble Glenn Close como madama de un burdel)

Les Misérables – Ladj Ly (2019)

Catalina Ardiles recomienda: Un niño hace tonterías y la policía no se queda atrás, entonces se establece un juego de alianzas. Alguien empieza a correr. El barrio se pone tenso, todo comienza a moverse, se alternan cámaras fijas y aéreas para mostrarnos que detrás de los muros de la ciudad, la vida no es tan color de rosa. En su opera prima Ladj Ly ficciona la realidad que conoce y la ofrece a nosotros sin estereotipos ni caricaturas.

Días de Pesca en Patagonia (2012)

Martina Sclauzero recomienda: Días de Pesca en Patagonia (2012) es un film para explorar con todos los sentidos. Una roadmovie impulsada por el intento de un padre de reconectar con su hija. El film nos transporta (cómo tantos otros de Sorín) a los escenarios naturales más bellos y, por momentos desoladores, de nuestro país, de la mano de un personaje tan reconocible o “común”, como complejo. Una película que nos invita a bajar un cambio y dejarnos llevar. ¿Qué mejor momento que la cuarentena para verla?

Libros:

Del caminar sobre hielo, de Werner Herzog (1978)

Mile Rivas recomienda: Werner Herzog se pregunta “¿Avanzo con la suficiente rapidez?”, mientras se abre camino por la Europa helada. Se ha enterado de algo terrible: la célebre y tan adorada crítica de cine Lotte Eisner estaba enferma y quizás moriría. Herzog avanza con la certeza de que ella seguirá con vida si él va a su encuentro a pie. “Del caminar sobre hielo” (1978) no sólo es un diario de viaje: es un mapa afectivo.

PALABRA VIVA Textos de escritoras y escritores desaparecidos y víctimas del terrorismo de Estado. Argentina 1974/1983

Francisca Pérez Lence recomienda: En este libro, recopilado por la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina nos encontramos con poemas y biografías de nuestrxs compañerxs escritorxs desaparecidxs en la última dictadura cívico-militar. Un libro que punza, que hiere, que sostiene la memoria. A una semana del 44° aniversario del golpe e imposibilitadxs a marchar para proteger a nuestras madres y abuelas, que son grupo de riesgo, esta es una de las formas de mantener la llama que nos inclina a pedir memoria, verdad y justicia y a difundir los nombres de todxs lxs que se llevaron.

Fun Home, de Alison Bechdel (2006)

Sofi Checchi recomienda: Quizás una de las memoirs más lindas que existen. Las experimentaciones en torno al género literario y sexual ponen en jaque los modos de (auto)representación, enmarcadas en una casa victoriana que no solo es, parcialmente, una funeraria, sino también objeto de adoración (y pasión, “en todos los sentidos de la palabra”) de Bruce, el padre de Alison. Al unísono e invertidas, sus historias me hicieron abrir nuevas preguntas sobre las dinámicas de las relaciones familiares, ver cuánta expresividad se puede condensar en tres colores, y sonreír, aprender y agregar otros libros a mi lista con sus profusas alusiones literarias.

El Amante, de Marguerite Duras (1984)

Ofelia Meza recomienda: La carne se vuelve escritura y la escritura se convierte en carne: tinta, sangre, sudor y deseo. El calor de Indochina, los labios jóvenes pintados, los cuerpos débiles que se encuentran una y otra y otra vez. Entrarle a un relato como quien dice “rizoma” (Deleuze-Guattari), no hay centro, ni principio, ni final. Se entra como quien puede comenzar desde cualquier tiempo y espacio. “Muy pronto en mi vida fue demasiado tarde” dice, como quien piensa al tiempo con la no lógica de la memoria. El Amante, esa dolorosa maravilla de no entender mucho porque no hay mucho por entender, salvo aquello que en la carne y en la página se impregna y desgarra.

Bonsái, de Alejandro Zambra (2006)

Liza Nannetti recomienda: Zambra nos adelanta en el primer párrafo de esta corta novela “Julio y Emilia. Al final Emilia muere y Julio no muere. El resto es literatura”.  El resto es el intento de seguir viviendo después de que una historia se termina, la historia de Julio y Emilio sigue pero no continúa. Una novela chiquita, que crece  en la medida en que se le hace entrañable a quien la lee.

Series:

The Act (2019)

Luchi Barcala recomienda: No, el instinto maternal no existe. Si quieren comprobarlo vean esta serie, basada en hechos reales, sobre la relación de una madre amorosa y su pobre hija enferma. O esa es la premisa inicial de The Act, que lentamente se va convirtiendo en un relato oscuro y escabroso, en el cual el supuesto instinto materno da lugar a una de las mejores series de terror que vi en los últimos tiempos. Y si recien van por su primer día de cuarentena y ya vieron los ocho capítulos, también hay un documental disponible en Youtube.

Fleabag y The Act

Fleabag (Phoebe Waller-Bridge, 2016-2019)

Julia González Narvarte recomienda: Esta serie corta es perfecta para maratonear en un par de días. Nacida a partir de una pieza teatral unipersonal, nos relata unos episodios en la vida de Fleabag, joven adulta campeona en tomar decisiones (auto)destructivas. Su personaje produce incomodidad, ya que esas malas decisiones obturan la posibilidad de empatizar: esto deja en el recurso de la mirada a cámara la posibilidad de una complicidad entre nosotrxs y ella. Aunque al principio me peleé bastante con su utilización, ese recurso es explorado mucho más allá del capricho formal y se convierte en una verdadera herramienta narrativa con el avance de los capítulos. La segunda temporada da un giro romántico “de manual”, pero no tiene desperdicio.

FEUD (2017)

Ofelia Meza recomienda: Dice el diccionario: una prolongada y amarga disputa. Creada por Ryan Murphy, retoma el legendario mito hollywoodense de la disputa eterna entre dos grandes divas del cine clásico: Bette Davis y Joan Crawford en el rodaje de Whatever happened to baby Jane. Un desfile explosivo del sistema de estrellas, de estudios y de géneros se pone en escena para reflexionar que las disputas nunca están basadas en el odio, sino en aquello que las partes tienen en común. De Jack L. Warner a Olivia de Havilland, de Hedda Hopper a John Waters, ¿cuántas tradiciones pueden dialogar en pantalla? Bette y Joan quizás pudieron ser amigas en un medio que las expulsaba. “¿Qué hubiera pasado si…?” parece ser la pregunta. Murphy, en su habilidad, nuevamente logra hacernos olvidar que sabemos como termina la historia, para entregarnos a la posibilidad de un final distinto.

The office (2005 – 2013)

Danila Nieto recomienda: Irreverente, desvergonzada, decadente, pero siempre graciosa, The office re-emerge en tiempos de cuarentena como el plan perfecto. Cuando abunda el trabajo remoto, y hacer home office es moneda corriente, ver (o re-ver) las nueve temporadas de esta serie te hará olvidar los demonios del confinamiento y agradecer que no sos parte de una rutina similar a la de Scranton. Si bien sabemos que es un falso documental: ¿Cuál es el límite entre la ficción y la realidad?¿Cuán complices somos en el momento de espectar? Y ¿Cuán involucradxs estamos cuando actuamos luego?

Sex and the city (1998 – 2004)

Mili Villar recomienda: La televisión es esa institución desprestigiada que observamos como artefacto en nuestros livings, donde conectamos Netflix o la computadora con HDMI, esa misma que estoy evitando estos días para no paranoiquear con el rey de los virus. La televisión está desprestigiada por los medios de comunicación amarillistas, porque la programación nos la impone y no es on demand, lo cual en nuestras mentes centenials es un sacrilegio. Pero mal que nos pese, la TV nos ha dejado grandes cosas. Entre mediados de los noventa y comienzos del dos mil, se produjeron muchísimas series en un formato que está entre nuestro Netflix hiperdigital con público segmentado y las telenovelas de todos los mediodías, tardes y noches. Entre estas series hay muchas joyitas que muchas veces posponemos ver, ya sea porque o ya quedaron viejas para el efímero mundo de las novedades o porque consideramos que son demasiado largas. Bueno cuarentenials, es EL momento de ver la serie televisiva noventosa que venís posponiendo. En mi caso es Sex and the city (si esperaban una reseña de esta van a tener que esperar a que termine). Así que mi recomendación es usar este tiempo para ver esa serie que venís posponiendo, quizás es Seinfeld, Scrubs, Friends, The Nanny, Will and Grace.

Sex and the city y Six feet in under

Six Feet Under (2001-2005)

Mile Rivas recomienda: Frente a la inesperada muerte del padre, lxs hermanxs Fisher tienen que llevar adelante una empresa familiar bastante particular: la administración de una funeraria. Six Feet Under (2001-2005) es un ensayo de las modulaciones de la vulnerabilidad y crudeza de la emoción humana articulado a través de un guión sumamente sensible y un elenco que busca incansablemente potenciar sus posibilidades expresivas. Su creador, Alan Ball, explora el umbral en el que conviven el contrato social de cortesía y respeto para con quienes no conocemos del todo y el desborde producto de nuestros sentimientos. Tratándose de una empresa así de singular como la conocemos, constituirse como una persona disponible y abierta ante quienes acaban de perder a un ser querido no parece tarea fácil cuando tenemos nuestras propias cargas con las que lidiar.

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