AUDIONOTA

Bizarrap uniendo mundos imposibles

En la escena del trap, lo que define el éxito es la cantidad de reproducciones contabilizadas en las plataformas. En el año 2020 Bizarrap fue el artista argentinx más escuchado en el mundo; es un dato que resuena y resuena. Que el/la artista más escuchadx haya sido un productor es sintomático de que en la música donde los números rigen el éxito, la gloria se la lleva el que la crea con unos y ceros.

Rapers, llevamos rap en la sangre

Si nos cortamos las venas llenaremos tu alfombra de samplers

Estoy cansao” – 995

Uno de mis libros favoritos de los últimos tiempos es The Game, del escritor y pensador italiano Alessandro Baricco. Es un ensayo dedicado a la mutación que estamos viviendo frente a la era digital. Según Baricco, hay un mundo que estamos dejando atrás, el de la experiencia, un mundo pre-digital, moderno, lineal, del progreso y los caminitos claros. En ese mundo habría “experiencias reales” que se pierden, y así como nuestrxs padres y madres pueden quejarse de que hoy jugamos a la play en vez de en la calle o que escuchamos todo en YouTube o Spotify en vez del vinilo, muchxs pensadores contemporánexs lamentan este fin desde miradas apocalípticas. Baricco, por el contrario, plantea que más allá de lo perdido hemos desarrollado lo que él llama posexperiencia: el modo de hacer que nos permiten las herramientas de la revolución digital. En la web (literalmente red) todo se relaciona con otra cosa, viajar por la web es crear conexiones. Como plantea el italiano en la posexperiencia: “Aproximas luces lejanísimas para obtener las formas que buscas. Recorres con rapidez enormes distancias y desarrollas geografías que antes no existían. Superpones jergas que no tenían nada que ver entre sí y obtienes lenguas que nunca se habían hablado. (…) Tan solo necesitas velocidad, superficialidad y energía. Tu forma de estar en las cosas es un movimiento, nunca una inmovilidad (…)”.

El trap local se hace cargo de ser el sonido de las generaciones más jóvenes, (“les guste o no les guste somo’ el nuevo rock and roll” cantan Wos y Trueno) lxs centennials, generación Z o como sean: son las generaciones criadas con internet y tecnología digital. Es decir que el trap es literalmente el sonido creado por la posexperiencia. La posexperiencia lleva el dni del juego, pero no es uno fácil, es un juego arduo. Esta nueva generación de artistas se desempeña muy bien in the game, pero quizás el mejor de ellxs es Bizarrap.

Bizarrap es un personaje que apareció en los márgenes de las batallas de freestyle y comenzó haciendo remixes y compilados editados de las batallas que subía a su canal de YouTube. Es decir que cae en la categoría de artistas que se crean desde y para Internet. Entre unos y ceros Bizarrap comenzó produciendo en su habitación, con una laptop, unos parlantes y un micrófono. Rápidamente se convirtió en un hit maker. ¿Cómo lo hace? Siguiendo el formato de la canción (incluso en sus freestyle session), su música utiliza patrones repetidos y beats pegadizos. A su vez, él es un productor que tiene la maleabilidad de trabajar con artistas de trap, reggaetón, hip hop, cumbia y pop. Su formación musical parece venir de la electrónica, cuando le preguntan por sus influencias él menciona a Radiohead, Skrillex y Flume, habla de Daft Punk y David Guetta. Desde este punto de partida, creo que si hay algo que caracteriza la música que hace Bizarrap no son los beats ni los bajos que nos hacen bailar, sino que es diferente de otros productores de la escena local porque crea un sonido con muchas texturas, algo característico de la música electrónica.  

Hace un tiempito que estoy tomando clases de música (un saludo a Hernán) y a la hora de pensar la composición siempre me sirvió pensar que, para la música clásica y otros sonidos influenciados por estos (como el rock de Charly), se compone como si realizaras un plano secuencia en una película: te van llevando de la nariz por un pequeño trayecto para arriba y para abajo, entras a un lado o a otro. Son sonidos marcados por las dinámicas, las melodías y cierta idea de progresión. Esta música convive armónicamente con el mundo de la experiencia, un mundo marcado por la idea de linealidad y progreso, donde hay un punto de llegada.

En cambio, componer música electrónica se parece más a una composición visual en la que la preocupación es dónde ubicar cada objeto en el espacio sonoro. Ya no se trata tanto de una procesión de acordes, sino de un collage en el que los sonidos (no tanto las notas) dialogan entre sí superponiéndose o dándose lugar unos a otros, dejando vacíos si es necesario. Ya en 1975 Brian Eno decía “Creo que estamos yendo hacia un uso de la música y del sonido grabado con la variedad de opciones con que se usa actualmente el color.” Hoy en día la lógica compositiva de la música electrónica dialoga mejor con el mundo de la posexperiencia: un mundo creado por links en el cual no sabemos dónde empezamos a buscar ni dónde vamos a terminar, pero tenemos veinte ventanas abiertas en la pantalla. Por esto también la lógica de la música electrónica es muy repetitiva, ya que crea patrones que loopea y le va superponiendo otros sonidos, priorizando texturas sobre armonías.

El trap es un sonido compuesto electrónica y digitalmente, por eso logra explotar un sonido de texturas superpuestas. Estas se pueden crear de muchas maneras, por ejemplo, en el uso estético del autotune como se escucha en “Yo ya me fui”, donde el Duki explota su amplitud de registro vocal sumando la herramienta para generar variaciones sonoras que van construyendo el relato del tema. Otro ejemplo es “Flexin” con Lit Killah en la que en un acto casi paródico el mismo Lit le pide que lo suba llevando al paroxismo la herramienta. Pero una de las herramientas claves para la creación de texturas es el sampler. Samplear es literalmente tomar sonido de algún lado, y modificado o no, incorporarlo a otra cosa. Es copiar y pegar, es un gesto de collage. Se pueden tomar fragmentos musicales como la flauta del comienzo de “Malbec”, que Bizarrap dice le recordaba a El Señor de los Anillos o sonidos de disparos o armas cargandose sacados de películas o del GTA, como en la session con L-Gante. Se pueden samplear fragmentos de conversaciones, como el audio que le manda Big Soto cuando se pierde yendo a su casa en Ramos y termina en Monte Chingolo. El sampler permite superponer en el tiempo elementos imposibles como escuchar a Trueno, campeón nacional de freestyle, cantando con Trueno niño al final de “Mamichula”. Más allá de Bizarrap, también encontramos la sampladelia, por ejemplo, en casos como “Luzdelito” de Wos donde se homenajea el tema de Los Redondos “Luzbelito y las sirenas”. Ca7riel samplea claramente “La grasa de las capitales” de Seru Giran en su tema “Terrible Kiko”, YSY A utiliza sonidos del tango en “Te traje unos tangos” y se podrían mencionar muchos más.

El uso del sampleo permite unir gestos para generar movimiento, unir jergas, sonidos, referencias. El mundo entero es un campo abierto para tomar elementos y usarlos. Simon Reynolds en su ensayo “Psicodelia digital. Sampleo y paisaje sonoro” dice que “la sampladelia va más allá: dispone fragmentos musicales de diferentes épocas, géneros y lugares en capas, y los une para crear un pseudo evento que altera el tiempo; algo que nunca podría haber ocurrido”. Algo que no podría haber ocurrido o que era más difícil de pensar antes de Google.

Con respecto a la era de la posexperiencia, Baricco también dice dos cosas centrales, por un lado, que ya no necesitamos que alguien nos abra las puertas del conocimiento: está ahí. Por otro lado, todo está ahí al alcance de la mano, en algún momento el todo se volvió una medida aceptable. En cuanto pudimos darnos cuenta de esto y usarlo a nuestro favor, Baricco dice que desarrollamos la posexperiencia y pusimos a trabajar todos los elementos cruzándolos, superponiendo, mezclando. Duki dice, en la entrevista de Caja Negra, que el trap (entre otras cosas) es una base sobre la que podés poner lo que quieras, una base sobre la que podés poner rock, jazz, tango, folklore. Lo que quieras, lo que está al alcance de tus manos: el todo. Este gesto de omnipotencia insurrecta es The Game. Es divertido. 

Sin tutelajes que les digan que hacer y con la capacidad de tener el mundo en sus manos, lxs chicxs del trap juegan a mezclar los géneros, incorporan chistes, citan a sus películas favoritas y a sus videojuegos. La escisión entre arte elevado y arte popular se difumina, el trap parece decir “sí existe y lo conozco, puede ser mío. Lo cito, lo retuerzo, lo transformo, lo mezclo”. Este es justamente el gesto al que nos invitan el mundo digital: a unir mundos que eran lejanos, a aproximar distancias y crear algo nuevo. Y acá están ellxs, uniendo mundos imposibles una music session a la vez.

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Mili Villar

Codirectora

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