Un streamer famoso como Coscu mira el videoclip recientemente estrenado de “Canguro” de Wos y, mientras escucha los primeros segundos, sonríe, festeja y hace comentarios eufóricos a quienes lo rodean. Sin haber llegado a la mitad del tema, pausa su reproducción y casi al mismo tiempo da like y comenta el video de YouTube que está mirando. En otro de sus videos, (la reacción a “Mamichula” de Trueno, Nicki Nicole y Bizarrap, link: ) explicita directamente este mecanismo: “ya cuando empezó le puse mi like. Esto está ido”. La reacción está definida por la lógica de la inmediatez. De hecho, este formato se distingue por el gesto de pausar la reproducción del clip que se ve constantemente, en un apuro premeditado por construir sentidos desde fragmentos de obra. En un lapso de tiempo ínfimo, se empieza a gestar una aprobación (o un disgusto) que contagia a quien ve la reacción (es decir, a lx espectadorx de lx espectadorx), un juicio express que define —mediante un like puesto a los cuarenta segundos de empezada la canción— el rumbo de la recepción del producto.