La estética de la venganza en Bacurau

Isabelle do Pilar Mendes y Tatiana Gomes dos Santos

El presente texto aborda la opresión estatal y la resistencia de una comunidad brasileña contra fuerzas externas a través de la “estética de la venganza” de la película Bacurau (Kleber Mendonça Filho; Juliano Dornelles, 2019).

Tras el golpe institucional, ocurrido en Brasil en 2016, el país ha enfrentado sucesivos intentos de supresión de los derechos sociales con regímenes necropolíticos como el bolsonarismo. La necropolítica, según Mbembe (2011), es el poder de dictar quién puede vivir y quién puede morir. Un ejemplo de esta forma perversa de organización lo tuvimos en la pandemia cuando existían vacunas pero, aún así, no fueron distribuidas a la población. Los estados necropolíticos imponen desigualdades mediante la mala distribución de los recursos y mediante políticas de vivienda desiguales, por ejemplo. La necropolítica, además de ser una cuestión sistémica, de “dejar morir” ante la falta de leyes que garanticen los derechos de las minorías, es la elección que se hace, “de arriba a abajo”, de quién debe morir. 

En este contexto de disputas e injusticias sociales, Bacurau y otras películas surgen como una reacción a la situación política de Brasil. Consideramos la película como un contradiscurso cinematográfico que muestra otros mundos posibles a través de sus imágenes. Para Mbembe (2011), el discurso es un dispositivo de poder y, al mostrar a una población en un acto de venganza, que termina con la victoria contra los colonizadores, la película actúa como el manifiesto de una posible revuelta.

La idea necropolítica de que la población brasileña es una “gran minoría”, que tiene ciudades enteras que pueden ser “borradas” del mapa, se combate con lo que llamamos la estética de la venganza. A través de colores que representan las tonalidades del clima del noreste brasileño, de miradas de personajes que expresan sentimientos de vitalidad, las imágenes de Bacurau muestran que ahí hay un pueblo, lleno de sangre e historia. El calor de las imágenes habla de una vida que puede resistir y que debe ser respetada en su singularidad.

Bacurau narra la historia de un pueblo que fue seleccionado por extranjeros para un juego sádico de violencia, en el cual sus habitantes serían asesinados y el pueblo, consecuentemente, borrado del mapa. Este aniquilamiento puede interpretarse como el exterminio de una parte de la población, en complicidad con organismos internacionales y líderes locales. Los extranjeros veían a los habitantes como “salvajes”, en contraste con ellos, los “civilizados”, mientras que la autoridad local, representada por un alcalde corrupto, colaboraba con la masacre. Imágenes como la del coche de la policía, encontrado por los extranjeros con agujeros de bala, simbolizan la ausencia del estado democrático de derecho y simbolizan una población que se rebela y se organiza por cuenta propia para defenderse.

Dirigida por Kleber Mendonça Filho y Juliano Dornelles, la película mezcla escenas de las zonas rurales del noreste de Brasil con hologramas de alta definición, paneles de LED e imágenes de drones que, en la trama, son realizados por los colonizadores. El interés por la cultura y la historia local de la población es evidente en Bacurau, ya que cuentan con una biblioteca, un museo y los habitantes narran a los forasteros su memoria, así como la fauna y la flora locales.

Al comienzo de la película, una hacienda es atacada y sus residentes son asesinados. Conocida por ser una ciudad segura, a medida que se desarrollan los acontecimientos, los habitantes se dan cuenta de que el objetivo del grupo de extranjeros es dominar la región. Entonces, los residentes, con la ayuda de Lunga, un “cangaceiro” posmoderno, se preparan para defender la ciudad con sus propias manos.

La película mezcla elementos de drama, suspenso y ciencia ficción, y explora temas de desigualdad social, identidad cultural y resistencia. Es conocida por su crítica política y por su enfoque creativo y visualmente impactante, como en el fotograma a continuación, donde el paisaje del interior del noreste de Brasil sirve de escenario para una escena que recuerda a un western estadounidense.

Podemos pensar que la escena funciona como una alerta, a través de la acción mortal de la dupla en moto, sobre el peligro de la explotación y las violencias que los poderes hegemónicos causan a los países de América Latina. El gobierno de Bolsonaro se arraigó con premisas de otros gobiernos en el mundo, como el de Trump, que cometía injusticias contra sectores minoritarios de la población. En Bacurau, la inspiración innovadora, de préstamo cinematográfico, se utiliza para crear una contracultura que construye un universo fílmico que se venga de estos desgobiernos.

Las imágenes de la siguiente escena están construidas como si fueran vistas a través de las lentes de un dron que sigue y graba el ataque. La barbarie provocada por la violencia, por la tecnología de guerra de uso maquínico y mortal, que pronuncia coordenadas y comandos en un idioma diferente al hablado por la población local, también se expresa visualmente. De este modo, el deseo de venganza en la trama se va construyendo junto con la estética de las imágenes.

Más adelante, la luz de la ciudad se corta y, en imágenes nocturnas iluminadas por la linterna de los teléfonos celulares de los habitantes, la población de Bacurau comienza a caminar y a organizarse hasta el amanecer para protegerse.

En las escenas siguientes, el enemigo va adentrándose en la ciudad y podemos ver diferentes lugares y objetos que componen el universo cultural de Bacurau. En la parte exterior de la ciudad, la cámara se enfoca en elementos del paisaje natural, como los cactus, en los cuales el comandante de los extranjeros se hiere. La escena expresa que la vida en Bacurau existe, es un ecosistema inteligente y se protege. Las escenas diurnas exteriores están iluminadas por una paleta de tonos áridos, colores cálidos, como es el clima del noreste.

Más adelante, un personaje extranjero, en el borde de la imagen, observa la fachada del museo de Bacurau. En ese momento, es como si su disposición en la fotografía construyera la percepción de que está frente a un pasado sólido, compuesto por muchos elementos, como las diversas piedras de las paredes del lugar, que simbolizan la fuerza del noreste, que él desconoce. En el interior vemos armas, machetes, máquinas de coser y un santuario que refuerzan que la ciudad y la población son un pueblo que existe y que siempre ha luchado por sobrevivir.

Entonces, preguntamos: ¿La resistencia de la comunidad de Bacurau sería justicia por mano propia? Para profundizar, abordaremos lo que proponemos como la estética de la venganza, que está vinculada a un deseo de venganza causado por las injusticias sistémicas y las violencias directas. Se construye y se desarrolla junto a las estrategias estéticas visuales de la película, que crean un universo nuevo, la ciudad de Bacurau, que tanto denuncia el sistema necropolítico de Bolsonaro como expresa una realidad que existe a pesar de la “minorización” que sufre.

La venganza puede entenderse como la satisfacción que se toma del agravio o daño recibido: revancha, desquite, represalia, resarcimiento, ajuste de cuentas, vindicta, vendetta. Según el filósofo Francis Bacon, la venganza “es una especie de justicia bárbara y salvaje”. Para Spinoza, en sus definiciones de los afectos, la venganza es “el deseo que, por odio recíproco, nos incita a infligir un mal a aquel que nos infligió un mal igual”.

Para nosotras, la venganza es tanto una acción como un deseo, un exceso del derecho que supera las normas jurídicas; puede ser planeada o reactiva. También es una acción dirigida a un grupo o individuo en respuesta a una acción que se considera injusta. 

En ese sentido, aunque Spinoza, en su obra Ética, definió la venganza como un afecto triste que disminuye nuestra potencia de actuar, en su obra Tratado Político, habla del deseo de venganza, o desiderium de venganza, y cómo este puede ser comprendido como un impulso positivo para alcanzar la justicia, percibido así como fundamento de la comunidad y de la multitud, según Chantal Jacquet (2011) y Ricci Cernadas (2021).

Entonces, nos preguntamos, ¿en qué sentido la venganza es una respuesta contra el exterminio y la necropolítica en Bacurau? Según parece, en Bacurau la venganza adquiere otra dimensión, donde los habitantes, movidos por la necesidad de hacer justicia con sus propias manos y de forma consciente, se organizan para defenderse. La estética de la venganza está impulsada por un deseo de resistencia de los personajes, de protección de un espacio y de las vidas que allí existen. Un deseo que se expresa en las miradas de los personajes que no bajan la cabeza ante la injusticia necropolítica.

Frente a esto, sobre una posible estética de la venganza, consideramos que esta puede percibirse a través de la narrativa y de los elementos plástico-estéticos de las imágenes de la película, como la paleta de colores de la fotografía, los encuadres, los juegos de luz y los marcos creados para que las imágenes se parezcan a imágenes de drones, por ejemplo. En este contexto, la venganza en la película no surge únicamente de una narrativa de venganza, sino de la combinación entre la trama—las problemáticas retratadas y los personajes—y las imágenes, como las que muestran momentos diurnos y nocturnos en los que los habitantes se organizan para su contraataque o como la escena anterior con las cabezas cortadas sobre la escalera, por ejemplo. Así, la estética de la venganza provoca una visualidad resistente que retrata de manera impactante los enfrentamientos entre los colonizados y los colonizadores.

BACON, Francis. Ensayos de Moral y Política. Madrid: Imprenta de M. Minuesa, 1870. 

CERNADAS, Gonzalo Ricci (2022) “La venganza como fundamento de la comunidad en Spinoza. Anacronismo e Irrupción” Revista de Teoría y Filosofia Política Clásica y Moderna. vol. 11. n, 21 novembro 2021-abril 2022. Disponible en: https://publicaciones.sociales.uba.ar/index.php/anacronismo/article/download/5430/6952.

SPINOZA, Benedictus de (2009) Tratado Político. São Paulo: Martins Fontes. 

SPINOZA, Baruch (2013) Ética. Belo Horizonte: Autêntica Editora.

FERREIRA, Carolin Overhoff; NAFAFÉ, José Lingna (2021) “Resistência, necropolítica e fantasias de vingança: Bacurau (2019), de Kleber Mendonça Filho e Juliano Dornelles”, en Revista Brasileira de Estudos de Cinema e Audiovisual. Ano 10. N. 2–Rebeca 20 julho -dezembro 2021 Disponível em: https://rebeca.socine.org.br/1/article/view/719/463 Acesso em 10 de agosto de 2023. 

JAQUET, Chantal (2011). “El deseo (desiderium) de venganza como fundamento del cuerpo político” de Chantal Jaquet. En Tatián, Diego (Comp.), Spinoza: VII coloquio. Córdoba (Argentina): Brujas. 

MBEMBE, Achile (2011) Necropolitica seguido de Sobre El Governo Privado Indirecto. Santa Cruz de Tenerife. Melusina.

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Isabelle do Pilar Mendes

es estudiante de Relaciones Públicas en FABICO-UFRGS. Actualmente, participa en el Grupo de Investigación en Semiótica y Culturas de la Comunicación(GPESC), en el proyecto de investigación 'El pensamiento político en imágenes de ocupación urbana en Brasil', en el Grupo de Investigación Agenciamentos da Imagem (GPAGI), en el Laboratorio de Experiencias Metodológicas en la Comunicación (Leme) y en el proyecto de investigación Género y Ciencia, realizado en colaboración entre los Programas de Posgrado en Comunicación de la UFRGS y la UFSM. Correo electrónico: [email protected].

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Tatiana Gomes dos Santos

es estudiante de Maestría en Comunicación Social de la UFRGS, abogada, especialista en Derecho del Trabajo (Verbo Jurídico/ 2021) y licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales (PUCRS/ 2009). Actualmente también es estudiante de Publicidad en la UFRGS. Participa del Grupo de Investigación en Semiótica y Culturas de la Comunicación (GPESC), en el Proyecto de Investigación Pensamiento político en imágenes de ocupación urbana en Brasil, en el Grupo de Investigación Agencias de Imagen (GPAGI). Correo electrónico: [email protected]