Leenos

Silencio, por favor

Por Ofelia Meza
Pareciera que las palabras que nos faltan en el día a día fueron a parar al diálogo de las películas. Gran parte del cine contemporáneo se ha hecho eco del mal de época de hablar de todo todo el tiempo, como si con el exceso de palabras pudiéramos explicar cosas como el dolor y, así, borrarlo. ¿Qué pasaría si pudiéramos soñar con que el cine fuera algo distinto?

¿Quién no tuvo sueños eléctricos?

Por Samantha Rojchman
Una película para mirar de nuevo la paternidad, para volver a revisarnos como hijas. El primer largometraje de la directora costarricense tiene el mérito de haber logrado una pregunta existencial sin arrojarnos de lleno a buscar respuestas. Como toda piedra preciosa, brilla y nos embelesa.

El tiempo improductivo

Por Malena García
“Una prisa sin sentido, siempre el apuro, el apuro, ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Dónde quieren llegar? ¿A dónde van? Casi todos trabajan, sueñan, estudian, producen estimulados por el ritmo agitado de la ciudad, pero algunos quedan prisioneros de esa mala fiebre, de esa impaciencia por llegar demasiado rápido, de tenerlo todo”. La premisa de Apenas un delincuente de Hugo Fregonese (1949) es un punto de partida en Los delincuentes de Rodrigo Moreno (2023), película que representará a Argentina en la próxima edición de los Premios Óscar.

De Taylor Swift a Messi: una defensa de las cornudas

Por Mili Villar
Las “cornudas”, las mujeres que “creen en el amor”, las ingenuas a quienes les gustan las “cosas de chicas”. Las cornudas comparten una lengua que puede habilitarnos el encuentro entre esferas supuestamente lejanas, que puede, por ejemplo, unir el mundo de Messi y el mundo de Taylor Swift.

Una modesta utopía

Por Julia González Narvarte y Ofelia Meza
Puan se constituye en una película profundamente política. Realiza un importantísimo y discreto gesto: sacar a la universidad de su nicho para mostrarla y reconocerla como un espacio vital del pensamiento que sobrevivirá mientras cambie y resista.

Oscuridades reflejantes

Por Mili Villar
Escribo en medio de un proceso electoral y este texto está costando en salir, va por su tercera reescritura, y los días siguen pasando. Los debates y los resultados van cambiando; igual persisto, convencida de que lo que voy a escribir no va a quedar viejo de una semana para la otra o de un día para el otro como suele pasar con los análisis de coyuntura. A pesar de que este es un análisis de coyuntura, no es de Milei, ni de Bullrich o Massa, eso sí quedaría viejo. No son ellos los que ocupan mi cabeza estos días; en cambio, me dedico a repasar momentos de la historia.

La arena movediza

Por Julia González Narvarte
¿Alguien más siente últimamente que estamos entrampados? ¿que la política (en su sentido tradicional) no interpela, la (ciencia) ficción no propone imaginaciones de posteridad, no parece haber ninguna alegría colectiva después del horizonte?

Sentir la Kenergía

Por Sofía Checchi y Julia González Narvarte
Ser sólo Ken es un problema hasta que deja de serlo. ¿Cómo se configura la reflexividad en una película que vuelve tantas veces sobre sí misma? Tal vez una manera sea apelar al género más autorreflexivo de todos: el musical.

Los silencios del traje

Por Ofelia Meza y Mili Villar
Succession vistió con lujo silencioso durante sus cuatro temporadas. Las prendas protagonistas se corresponden con una sensibilidad estética e histórica marcada por la distinción de clase y un modelo afectivo de control emocional que hace síntesis en la figura del traje.

El cuerpo es una imagen que baila

Por Lucía Montoro
Lo que aquí va a suceder tiene como motivo una coincidencia absolutamente personal: mi trayectoria por el mundo de las letras, del movimiento y de la imagen. Resulta así que hoy al cine me trae la danza. ¿Qué han hecho las nuevas tecnologías de la imagen con el tiempo y el espacio de un cuerpo bailando?

Algo más grande que nosotros mismos

Por Lucía Requejo
Gente en Buenos Aires tuvo su primer estreno en 1974, pero el pasado lunes 29 de mayo se reestrenó en la ciudad que lleva su nombre, proyectándose en el cine Gaumont. Como una buena parte de nuestro cine, estaba “perdida”, es decir, estaba en YouTube; en la mejor calidad posible, que es, casi siempre, bastante mala, obtenida muchas veces de algún ripeo de la televisión.