Durante la década del ochenta, la directora tendrá su periodo más fructífero de producción cinematográfica. Filmó cuatro películas: Momentos (1980), Señora de nadie (1982), Camila (1984) y Miss Mary (1986). Los films de Bemberg de esta etapa cuentan historias de mujeres que patearon el tablero de lo establecido, que problematizaron las relaciones de pareja, los deseos prohibidos y sobre todo la necesidad de transitar caminos diferentes, propios. A medida que pasaban los años, su filmografía se iba volviendo cada vez más sofisticada en lo que concierne a la construcción de una mirada autoral. Pasó de contar más explícitamente la fábula (primeros films) a mostrarla enteramente con imágenes visuales y sonoras, a través de un profundo y hasta obsesivo trabajo con la puesta en escena.