Situada en los suburbios de Francia, la sexualidad cambiante incorpora la dimensión de clase y raza en Bande de filles (Girlhood, 2014). En esta película, Marieme se une a una pandilla de chicas rebeldes que ofrecen un escape a las limitaciones que aquejan su día a día, como las tareas del colegio, el sustento económico familiar y la inseguridad del barrio donde vive. En su transición de adolescente introvertida y sumisa a miembro de este grupo de chicas con cierta tendencia agresiva, Marieme cambia de nombre a Vic y, al hacerlo, cambia de imagen, de peinado, de manera de vestir y moverse para ser aceptada en este submundo alterno. De la misma manera, cuando abandona su casa y empieza a trabajar para un traficante de droga, su cuerpo vuelve a mutar. La vestimenta es un resguardo que le permite pasar desapercibida cuando realiza una entrega o volverse invisible frente a los hombres que dominan las calles.