Los aislamientos e individualidades de los modos en que vivimos actualmente nos incapacitan, nos quitan fuerza, nos roban poder. Estemos más o menos conscientes de ello o no, las complejas estructuras gubernamentales neoliberales configuran no únicamente nuestros espacios laborales y economías (que sería lo más evidente), sino especialmente los entramados silenciosos como son las formas de vincularnos, de auto percibirnos y de percibir al otrx, nuestros consumos, enfermedades y más. Sentir cansancio, frustración, depresión, apatía, desafección, agresividad, son mucho más que síntomas de historias personales, son, por sobre todo, resultados de las exigencias de rendimiento y autosuperación, de la lucha por la supervivencia impuestas por las lógicas de las actuales sociedades capitalistas.