Aquí considero que Retrato… posibilita/inventa un lugar-otro donde encontrarse implica celebrar desdibujando los límites de lo que comprendemos como “lo amoroso”, circunscripto a la relación de pareja, y lo expande/extiende a la amistad. Los amores, como dije anteriormente, están bifurcados, no se mueven en un sentido unilineal sino que se abren, se potencian y se interconectan. Por un lado, Marianne-Hélöise, por otro Marianne-Sophie (trabajadora de la casa en la que viven) y por último, y no por eso menos importante, Marianne-Hélöise-Sophie. Las redes amorosas se gestan entre las tres, los cuidados, las miradas, el fuego está allí como brasero de lo que es una breve ero intensa amistad, haciendo posible la circulación afectiva en una espiral no-monogámica.