
La trilogía de las brasas: Edgardo Castro
Por Lucas Martinelli
Al ver la trilogía de Castro como una totalidad se abre un panorama que traza una línea que va desde lo individual y personal a lo múltiple y social. Entre un filme y otro, el cuerpo del actor, también metteur en scène, se corre para dar lugar al Otro. Parecería que Edgar no tendrá que abjurar, por proponer una serie de escenas del borde sobre la sexualidad y el goce de los cuerpos que construyen un contrapelo de la forma en la que la cultura visual nos muestra habitualmente las facetas del mundo. ¿Qué veo de potente en estas tres películas? ¿Qué placer me produjo el haberme sentido escandalizado y excitado?